sábado, 23 de enero de 2016

DETERMINANTES DE LA VIOLENCIA EN LAS BARRAS BRAVAS


Ensayo: Analizando el caso de la ciudad de Cali, Colombia  y sus barras FRV y BRS



“Ciertas ideas y ciertos sentimientos no surgen ni se transforman en actos, sino en los individuos constituidos en multitud. La masa psicológica es un ser provisional compuesto de elementos heterogéneos, soldados por un instante, exactamente como las células de un cuerpo vivo forman por su reunión un nuevo ser que muestra características muy diferentes de los que cada una de tales células posee.” Psicología de las masas/ Sigmund Freud/p 12

El fenómeno de la violencia que se presenta al interior y a las afueras del estadio Pascual Guerrero, personificada por las barras bravas del Deportivo Cali y del América no puede analizarse como una problemática aislada e independiente de la violencia que rodea a los jóvenes que integran estos grupos. Por esto, el comportamiento agresivo de los grupos radicales FRV y BRS nace en la violencia que viven sus integrantes en el interior de sus hogares, comunas y de la intolerancia de las autoridades y ciudadanía hacia ellos. La mayor parte de los integrantes de estas barras provienen de las comunas más pobres de la ciudad, de las zonas de mayor problemática social en aspectos como la educación, la miseria, violaciones, hurtos y altos índices de homicidios. Los jóvenes que están inmersos en estos ambientes y que viven esta violencia a diario fácilmente la reflejan en el interior de un estadio.
Las legiones son las células que dan cuerpo a las barras bravas de la ciudad, y estas provienen de los sectores con mayores índices de criminalidad y pobreza de la ciudad, como por ejemplo el distrito de Agua blanca, Siloé, El Vallado y Sucre, solo por mencionar algunos. Estas son zonas que conforman el cinturón de pobreza y miseria que rodea a Cali; es en estos sectores donde se presenta la mayor parte de los homicidios, hurtos, violaciones; son estas zonas donde la ciudadanía convive con las pandillas juveniles, las células urbanas de los grupos insurgentes como el ELN y las FARC y los grupos de autodefensa; son estos sectores donde los jóvenes permanecen en las esquinas cruzados de brazos sin nada que hacer, sin educación, sin empleo y sin oportunidades. Los integrantes de las legiones están rodeados y toleran diariamente estos problemas sociales, además, al estar irradiados y en contacto con esta violencia, los jóvenes adquieren ciertos comportamientos agresivos y de resentimiento social que después son reflejadas cuando están en los estadios.
La mayor parte de los integrantes de las legiones son jóvenes que desde temprana edad están en las calles, con falta de atención y con la mayoría de sus necesidades básicas insatisfechas; o bien, fueron obligados desde niños a buscar dinero para el sustento de su familia; por otra parte, la mayoría de ellos carecen de educación y su núcleo familiar esta desintegrado o carecen de este. Estos jóvenes arrojados a su suerte en la calle, sin control y cuidado de sus padres o miembros de su familia, que además de amor le brinden apoyo y comprensión, tienen la libertad suficiente para hacer cualquier cosa, pero el entorno que los rodea no ayuda a influenciarlos de ideas constructivas. Por esta razón los jóvenes buscan nuevas alternativas y se congregan alrededor de una de una barra que les da una identidad que los hace pertenecer a un grupo, a una nueva familia que en realidad no tiene bases ni valores y que esta formada por jóvenes con falencias en su formación como persona y ciudadano.
Debido a las peleas que han protagonizado las barras bravas en la ciudad, en las que algunas terminaron con personas muertas o heridas, la sociedad caleña a rechazado a estos grupos, calificándolos como desadaptados o como un actor mas de violencia, y por consiguiente a tratado de no involucrarse de ninguna forma con sus integrantes. La actitud rechazo de la ciudadanía hacia los jóvenes barristas promueve su exclusión de la sociedad y de las oportunidades de esta, además, el hecho de calificar a los barristas como desadaptados y de generar rechazo hacia ellos, les genera resentimientos sociales y convierte a los ciudadanos en una inspiración más para la violencia.
Otro actor que contribuye a aumentar la agresividad de los grupos de barristas caleños es la continua represión policial de la que son objeto, los atropellos hacia los jóvenes son constantes en la entrada al estadio y al interior de este. No hay respeto alguno por la integridad física y por forma de expresión de los barristas, de hecho, estos son tratados como si no fueran espectadores y como si no hubieran pagado por la boleta para entrar al estadio. El episodio que se presento el 8 de marzo del presente año, en donde integrantes del BRS se enfrentaron a la policía durante un clásico Cali Vs. América, dejo en claro que los barristas no fueron los únicos responsables de la pelea, por que esta comenzó después de que los policías golpearan y atropellaran indiscriminadamente a varios integrantes de la barra. La violencia genera mas violencia y por esto tener preparativos policiales dispuestos a actuar con la mayor fuerza posible ante la menor muestra de desordenes en las barras solo causa que los barristas estén prevenidos, resentidos y dispuestos a actuar violentamente para defenderse.
Es un hecho innegable que en la ciudad las barras FRV y BRS han causado daños, han protagonizado peleas, han dejado muertos y heridos, pero como puede juzgarse a estos jóvenes por su comportamiento, cuando estos no recibieron educación ni oportunidades para hacer de su vida algo diferente que contribuya a la sociedad, cuando están abandonados por parte de un gobierno que solo piensa en ellos para tratar de reprimirlos, juzgarlos y disolverlos. Tal vez el problema que se presenta con las barras bravas esta en la comunicación, quizás porque los ciudadanos no hemos entendido lo que ellos tratan de expresar cada domingo saltando en las tribunas o quizás por que ellos no han sabido expresar lo que desean de la sociedad, pero como fuere, no se han creado los medios para lograr un entendimiento entre los grupos de barristas, la sociedad y el gobierno, por que si este ultimo pusiera un poquito de cuidado a estos grupos no para reprimirlos sino para ayudarlos, para brindarles oportunidades de educación, trabajo y de apoyo a sus necesidades, que quizás es lo que piden gritando y saltando en un estadio, pero que aun no los hemos escuchado, tal vez por prejuicios sociales o tal vez por indiferencia con la realidad de millones de jóvenes que están sumidos en la pobreza y que están condenados a permanecer en ella si no se les brindan oportunidades. Muy probablemente con un poquito de tolerancia, comprensión y ayuda no tendríamos peleas cada domingo si no un alegre y colorido espectáculo brindado por grupos de barristas.

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